Asesinato del general de hombres y mujeres libres y padre de la revolución popular Sandinista: Augusto Cesar Sandino.
El guardia nacional Carlos Eddy Monterrey, el primero en disparar en contra del general Augusto C. Sandino. Foto de cuando era coronel en 1950.
Aproximadamente a las 11:00 de la noche del 21 de febrero de 1934, hace 83 años, fue asesinado Augusto C. Sandino, en el campo de aviación construido por los marinos, en las afueras de Managua, según los historiadores, en donde hoy es el barrio Larreynaga, a orillas de un camino que conectaba a Sabana Grande con la capital, llamado Camino Solo. Junto con Sandino fueron fusilados sus generales Francisco Estrada y Juan Pablo Umanzor.
Sobre un cangilón, “de esos que dejan en los caminos las ruedas de las carretas”, estaban sentados, de izquierda a derecha, Estrada, luego Umanzor y por último Sandino. Enfrente de ellos, a una distancia de tres varas, estaban de pie diez guardias, apuntándolos con ametralladoras, según el libro Hombre del Caribe, del exguardia nacional Abelardo Cuadra.
El subteniente Carlos Eddy Monterrey fue el primero en disparar su pistola sobre Sandino, “colocándole el tiro media pulgada arriba de la tetilla derecha. Sandino se sacudió y emitió un rugido sordo. Al tiempo de sacudirse otra bala le penetró en la sien izquierda, saliéndole exactamente por la derecha; una tercera bala le entró en la mitad del plexo y el ombligo, saliéndole al lado izquierdo de la columna vertebral. Murió instantáneamente”, dice Cuadra, según le relató el mismo Monterrey.
|
Camión Ford de la Guardia Nacional en que Sandino, Estrada y Umanzor fueron llevados al campo donde fueron asesinados |
El camión Ford de la Guardia Nacional en que Sandino, Estrada y Umanzor fueron llevados al campo donde fueron asesinados. Esta imagen está en el libro Historia de la Guardia Nacional de Nicaragua, del historiador Nicolás López Maltez.
Horas antes del asesinato, Anastasio Somoza García lo había acordado con el entonces embajador norteamericano, Arthur Bliss Lane. El historiador Nicolás López Maltez dice en su libro Historia de la Guardia Nacional de Nicaragua, tomo uno, que después del crimen Bliss Lane le envió un reporte al secretario de Estado norteamericano, Cordell Hull, en el que explicaba que Somoza le dijo por la mañana del 21 de febrero de 1934 que el presidente Juan Bautista Sacasa “había intercambiado cartas con Sandino, implicando que la Guardia Nacional debía ser reorganizada dentro de seis meses; también que el general (del ejército de Sandino), Horacio Portocarrero, excandidato sandinista para presidente, había sido escogido como delegado del Gobierno en los departamentos de Estelí, Nueva Segovia, Jinotega y Matagalpa”.
LOS MOTIVOS DE SOMOZA
Hacía un año que los marines, contra quienes luchaba Sandino desde 1927, se habían retirado del país. Sin los marines, la Guardia Nacional quedaba debilitada y las autoridades del país temían que Sandino con su ejército continuara una guerra que se tornaría sangrienta, según explica Richard Millett, quien escribió un libro sobre la Guardia Nacional: Guardianes de la Dinastía.
Además de la salida de los marines, según Millett, para restaurar la paz Sandino pedía la creación de un inmenso departamento en el norte del país, en el cual sus hombres conservarían sus armas y nombrarían a todos los oficiales, así como la destrucción de todos los registros del Gobierno que se referían a él y a sus hombres como “bandidos” y hacer una revisión del tratado Chamorro-Bryan, mediante el cual se había entregado la soberanía del país.
Para Somoza, quien desde ese momento estaba interesado en llegar a la Presidencia de la República, las acciones y palabras de Sandino eran un “insulto” que la Guardia Nacional no podía tolerar, sobre todo que acusara a la Guardia de ser inconstitucional, que era enemiga del Gobierno y que debía ser estructurada de acuerdo con la Constitución, agrega Millett.
LAS MOTIVACIONES DE LOS ESTADOS UNIDOS
De acuerdo con los historiadores, los Estados Unidos también tenían suficientes motivos para estar de acuerdo con asesinar a Sandino. En 1926 Sandino se había unido al ejército del partido liberal, bajo las órdenes del general José María Moncada, para luchar contra los conservadores en la llamada Guerra Constitucionalista. De no haber sido por la ayuda de los norteamericanos, los liberales habrían arrasado con los conservadores, explica Millet.
El 4 de mayo de 1927 Moncada firma la paz con el embajador especial norteamericano Henry Stimson en lo que se llamó el pacto del Espino Negro. Volker Wünderich, biógrafo de Sandino, explica que los generales bajo el mando de Moncada fueron “indemnizados” con puestos políticos y dinero. A Sandino se le ofreció lo mismo, pero rechazó la oferta. Dijo que el pacto era una traición a la causa liberal y, especialmente, que el “decoro nacional” había sido lesionado por los Estados Unidos. Desde ese momento Sandino dirigió una guerra ya no contra los conservadores, sino en contra de las tropas norteamericanas que tenían ocupado el país.
Además de Sandino, solamente un general conocido como “Pancho Cabuya”, de Chinandega, se había opuesto al pacto, pero fue capturado por los marines y fusilado como “bandido”. El resto se plegó al pacto y Sandino quedó solo, explica Wünderich.
Moncada hizo de todo para que Sandino abandonara la idea de armarse contra los marines. Hasta le dijo que no valía la pena sacrificarse por el pueblo, porque no agradecía. El padre de Sandino, Gregorio Sandino, fue enviado a las montañas para convencerlo de que desistiera, porque el ejército norteamericano era muy poderoso. Según contó Gregorio Sandino después a medios internacionales, su hijo le dijo que “él tampoco quería la guerra, pero sí quería ver libre a Nicaragua de toda intervención extranjera”.
Antes de firmar el pacto del Espino Negro, según cuenta Sofonías Salvatierra en su libro Sandino o la tragedia de un pueblo, el coronel Stimson había dicho a los delegados liberales que la política del presidente norteamericano Calvin Coolidge no podía fracasar por el prestigio del gobierno estadounidense.
"6 años duró la guerra del general Augusto C. Sandino en contra de los marines norteamericanos que tenían intervenido el país, hasta que sin poder derrotar al guerrillero nicaragüense el Ejército extranjero salió del país el primero de enero de 1933."
|
Principales Combates de Sandino |
EL TRIUNFO DE SANDINO
El primero de enero de 1933, después de seis años de enfrentamientos con las tropas del general Sandino y sufrir muchas bajas, los marines norteamericanos salieron del país sin haber derrotado al general guerrillero. El 6 de noviembre de 1932 hubo elecciones presidenciales, vigiladas por los Estados Unidos, resultando ganador Juan Bautista Sacasa y los norteamericanos anunciaron luego que sus tropas invasoras se retirarían definitivamente el día que asumiera el nuevo presidente. Influyó también que en diciembre de 1932 fue elegido presidente de Estados Unidos Franklin D. Roosevelt, quien había proclamado la política del “buen vecino” con América Latina, indica Wünderich.
“La decisión de retirar a los infantes de marina se debía, por una parte, al hecho de que la escalada militar iniciada en 1930 no pudo terminar con la guerra de guerrillas (de Sandino)”, por lo cual el pueblo estadounidense y sus congresistas intensificaron las críticas a la política intervencionista de su país, explica Wünderich. Además los militares norteamericanos consideraban que la organización de la Guardia Nacional ya había alcanzado un nivel suficiente.
Con los marines fuera, Sandino finalmente firmó la paz el 2 de febrero de 1933. Comenzó el desarme de su ejército y viajó tres veces a Managua para desarrollar los acuerdos de paz y discutir la organización de cooperativas agrícolas en el norte del país. En el último y cuarto viaje que hizo a la capital, apenas dos días después de que se abrazó con Anastasio Somoza García, la Guardia Nacional que dirigía este último le tendió una emboscada cuando Sandino, a las 10:00 de la noche de aquel 21 de febrero de 1934, bajaba de cenar en la Casa Presidencial. Una hora después estaba siendo asesinado junto con Estrada y Umanzor en el campo de aviación construido por los marines.
|
Vida, lucha y muerte de Sandino |
SEGÚN UN NIETO DEL GENERAL LA CASA DONDE SE CRIO SANDINO
|
Primer nieto de Sandino (Miguel Pavón Sánchez) |
El primer nieto de Sandino, Miguel Pavón Sánchez, en el comedor de la casa de Gregorio Sandino, padre del general.
Miguel Pavón recuerda cómo era la casa de su bisabuelo Gregorio Sandino, donde el general vivió su adolescencia
Miguel Pavón Sánchez llega una mañana de este mes de febrero a la casa museo de Niquinohomo, donde vivió el general Augusto C. Sandino cuando era un adolescente.
La casa no es ajena para Pavón Sánchez, pues allí también vivió él cuando era adolescente.
Pavón Sánchez es hijo de Natalia Sánchez Sandino, una mujer que la historia casi no menciona pero que en Niquinohomo la mayoría reconoce como la primera hija del general, nacida en 1917, mucho antes que naciera Blanca Sandino Aráuz, la hija de Sandino en San Rafael del Norte.
De hecho, Walter Castillo Sandino, hijo de Blanca, afirma que Natalia no es hija de su abuelo y no reconoce que el general haya tenido otra hija, sino solamente a su progenitora.
Sin embargo, Miguel Pavón Sánchez relata que no logró conocer a su abuelo porque este fue asesinado antes de que él naciera, pero vivió por tres años en la casa de su bisabuelo, Gregorio Sandino López, padre del general.
Al llegar a la casa museo, este mes que se conmemora el 82 aniversario del asesinato del guerrillero, Pavón lo primero que recuerda es que la casa estaba rodeada por malla alta, con huecos muy finos, porque a su “papito Goyo”, don Gregorio, no le gustaba que los animales se metieran a la vivienda.
De acuerdo con los guías turísticos del museo, la casa de Gregorio Sandino actualmente tiene más de doscientos años de construida y era una de las mejores casas de Niquinohomo. Además, en la mayor parte de la estructura se conservan los materiales originales con que fue construida: las paredes de adobe, los techos de teja, el cielo raso de ramas de caña de castilla y horcones. Sandino llegó a vivir allí cuando tenía 11 años de edad, cuando Gregorio Sandino lo reconoció verbalmente como su hijo.
Dentro de la casa, Pavón Sánchez siente como si viaja en el tiempo, pues la estructura se mantiene intacta. Queda viendo el comedor de la casa, donde de niño nunca se sentó sino hasta ahora, a sus casi 80 años de edad. Recuerda la caballeriza, donde don Gregorio tenía tres caballos. Luego gira hacia la parte de la cocina, donde Zoilamérica Sandino, hermana del general, acostumbraba a sacarles los piojos a los chavalos. “Le encantaba eso”, rememora.
Al ver las fotos de la familia, recuerda que don Gregorio no era ñajo pero hablaba “como con la nariz”. Y también recuerda como América Tiffer Delgado, la esposa de su bisabuelo, vigilaba que quienes llegaban a comprar granos o plátanos, no se llevaran nada extra.
Pavón Sánchez siempre recuerda que él era como el “guachimán” de la casa. Siempre lo mandaban a él a traer los periódicos, comprar la carne, barrer la casa, entre otras cosas. Termina recordando que don Gregorio murió en 1947.
|
Sandino |